China, Rusia y Europa: Cómo Estados Unidos juega en el juego de la dominación global

Imaginemos que nos sentamos a tomar café y hablamos sobre lo que realmente están haciendo los Estados Unidos bajo el gobierno de Donald Trump. Escuchamos que Trump dice algo sobre la OTAN, sobre que no todos pagan lo que deberían. También se escuchan palabras controvertidas que suenan como: “Si no pagan, no los defenderemos”. Y de repente, en los medios, pánico: “¿Es el fin de la OTAN?”, “¿Estados Unidos está abandonando Europa?”, “¿El artículo 5 deja de funcionar?”.

Tranquilos. Respiremos. Hablemos de qué se trata todo esto.

¿Trump quiere desmantelar la OTAN? ¿O simplemente está jugando duro?

Empecemos por lo básico. ¿Qué es ese famoso artículo 5? Es el corazón de la OTAN: la regla de que un ataque a un miembro de la alianza es un ataque a todos. Es algo que mantiene a Europa en un sentido de seguridad desde la Guerra Fría.

Y ahora aparece Trump con su retórica: “¡Paguen más por la defensa!”. Suena fuerte, pero en realidad... tiene razón. Después de todo, la OTAN no es un club benéfico. Es una alianza militar. Y para que la alianza sea fuerte, cada uno debe contribuir al presupuesto común.

¿Trump quiere retirar a Estados Unidos de Europa? Absolutamente no. Eso sería una locura. Estados Unidos ha mantenido el orden en Europa durante décadas, no por bondad, sino porque les conviene. Europa es un elemento clave en su estrategia global. Si se retiraran, Rusia podría expandirse a sus anchas, y Europa podría comenzar a buscar otro aliado. Y eso es algo que América no quiere.

Entonces, ¿de qué se trata toda esta retórica? Es una jugada de negociación. Trump es un hombre de negocios. Entra en la sala, cierra la puerta de golpe y dice: “O pagan, o me voy”. Pero en realidad, no tiene intención de irse. Solo quiere que Europa empiece a tomar en serio los asuntos de seguridad.

¿Y qué pasa con Rusia? ¿Trump juega de su lado?

Exactamente. Ese es uno de los mayores mitos. El hecho de que Trump hable con Rusia no significa que sea su aliado. Es pragmatismo. Rusia, a pesar de sus problemas, sigue siendo una potencia. Puede que no sea como antes, pero todavía cuenta en el juego. Y Trump lo sabe.

Por eso, en lugar de escalar el conflicto, prefiere hablar. Busca una solución que le permita concentrarse en el verdadero rival: China. Desde el punto de vista de América, Rusia es un jugador difícil, pero predecible. China es una liga completamente diferente.

EE.UU. vs. China: El verdadero duelo del siglo XXI

Y aquí llegamos al meollo del asunto. ¿Por qué Trump presiona a Europa y habla con Rusia? Porque no quiere desperdiciar fuerzas en un frente secundario. La verdadera lucha es por la dominación global, y el rival son los chinos.

China está creciendo a un ritmo vertiginoso. Economía, tecnología, ejército: en cada uno de estos campos están alcanzando o ya han alcanzado a EE.UU. Y en el horizonte se ve un punto de inflamación: Taiwán.

Taiwán es una santidad para China, y para EE.UU. es un aliado clave en la región de Asia. Si se produce una confrontación, Estados Unidos debe tener las manos libres. Por eso Trump no quiere que Europa y la OTAN arrastren a América a conflictos regionales. Europa es importante, pero ya no puede ser la principal prioridad.

¿Pero realmente EE.UU. abandonará Europa? Nunca.

Y aquí está toda la trampa. Trump puede decir que Europa es un segundo plano, puede gritar que la OTAN está obsoleta, pero... nunca renunciará a Europa. ¿Por qué?

Porque América es un imperio. Y un imperio no abandona sus zonas de influencia. Si EE.UU. se retirara de Europa, perderían el control sobre el ala occidental de Eurasia. Europa podría comenzar a negociar con China o, lo que es peor, con Rusia. Eso sería una pesadilla para los Estados.

Así que Trump asusta, negocia, presiona, pero no se va. Porque sabe que una retirada total de Europa socavaría la misma idea del poder estadounidense.

Guerras por poder y sanciones: la estrategia del siglo XXI

¿Y qué pasa con la guerra? ¿Por qué EE.UU. prefiere apoyar a Ucrania con armas y sanciones en lugar de enviar sus propias tropas? Sencillo: América ha aprendido que las guerras directas cuestan. Vida, dinero, reputación.

Por eso prefieren actuar a través de las llamadas guerras por poder, apoyando a aliados que luchan en su interés. Es más efectivo y menos arriesgado. Lo mismo ocurre con las sanciones: estrangulan la economía del oponente sin disparar un tiro.

Resumen: Estrategia de potencia, no capricho de un político

Entonces, ¿cómo resumir esto? Trump no desmantela la OTAN. La reforma. No abandona Europa. La coloca en un segundo plano, pero la mantiene bajo control. No ama a Rusia. Juega con ella. Y todo esto para concentrarse en el verdadero enfrentamiento: con China.

Y lo que parece caos es en realidad la estrategia de un imperio que sabe que debe luchar con inteligencia, no con fuerza.

Y lo más importante: no entremos en pánico. El artículo 5 de la OTAN no va a ninguna parte. América no desaparece. Porque los imperios pueden cambiar sus prioridades, pero nunca pierden de vista su poder.

Imaginemos que nos sentamos a tomar café y hablamos sobre lo que realmente están haciendo los Estados Unidos bajo el gobierno de Donald Trump. Escuchamos que Trump dice algo sobre la OTAN, sobre que no todos pagan lo que deberían. También se escuchan palabras controvertidas que suenan como: “Si no pagan, no los defenderemos”. Y de repente, en los medios, pánico: “¿Es el fin de la OTAN?”, “¿Estados Unidos está abandonando Europa?”, “¿El artículo 5 deja de funcionar?”.

Tranquilos. Respiremos. Hablemos de qué se trata todo esto.

¿Trump quiere desmantelar la OTAN? ¿O simplemente está jugando duro?

Empecemos por lo básico. ¿Qué es ese famoso artículo 5? Es el corazón de la OTAN: la regla de que un ataque a un miembro de la alianza es un ataque a todos. Es algo que mantiene a Europa en un sentido de seguridad desde la Guerra Fría.

Y ahora aparece Trump con su retórica: “¡Paguen más por la defensa!”. Suena fuerte, pero en realidad... tiene razón. Después de todo, la OTAN no es un club benéfico. Es una alianza militar. Y para que la alianza sea fuerte, cada uno debe contribuir al presupuesto común.

¿Trump quiere retirar a Estados Unidos de Europa? Absolutamente no. Eso sería una locura. Estados Unidos ha mantenido el orden en Europa durante décadas, no por bondad, sino porque les conviene. Europa es un elemento clave en su estrategia global. Si se retiraran, Rusia podría expandirse a sus anchas, y Europa podría comenzar a buscar otro aliado. Y eso es algo que América no quiere.

Entonces, ¿de qué se trata toda esta retórica? Es una jugada de negociación. Trump es un hombre de negocios. Entra en la sala, cierra la puerta de golpe y dice: “O pagan, o me voy”. Pero en realidad, no tiene intención de irse. Solo quiere que Europa empiece a tomar en serio los asuntos de seguridad.

¿Y qué pasa con Rusia? ¿Trump juega de su lado?

Exactamente. Ese es uno de los mayores mitos. El hecho de que Trump hable con Rusia no significa que sea su aliado. Es pragmatismo. Rusia, a pesar de sus problemas, sigue siendo una potencia. Puede que no sea como antes, pero todavía cuenta en el juego. Y Trump lo sabe.

Por eso, en lugar de escalar el conflicto, prefiere hablar. Busca una solución que le permita concentrarse en el verdadero rival: China. Desde el punto de vista de América, Rusia es un jugador difícil, pero predecible. China es una liga completamente diferente.

EE.UU. vs. China: El verdadero duelo del siglo XXI

Y aquí llegamos al meollo del asunto. ¿Por qué Trump presiona a Europa y habla con Rusia? Porque no quiere desperdiciar fuerzas en un frente secundario. La verdadera lucha es por la dominación global, y el rival son los chinos.

China está creciendo a un ritmo vertiginoso. Economía, tecnología, ejército: en cada uno de estos campos están alcanzando o ya han alcanzado a EE.UU. Y en el horizonte se ve un punto de inflamación: Taiwán.

Taiwán es una santidad para China, y para EE.UU. es un aliado clave en la región de Asia. Si se produce una confrontación, Estados Unidos debe tener las manos libres. Por eso Trump no quiere que Europa y la OTAN arrastren a América a conflictos regionales. Europa es importante, pero ya no puede ser la principal prioridad.

¿Pero realmente EE.UU. abandonará Europa? Nunca.

Y aquí está toda la trampa. Trump puede decir que Europa es un segundo plano, puede gritar que la OTAN está obsoleta, pero... nunca renunciará a Europa. ¿Por qué?

Porque América es un imperio. Y un imperio no abandona sus zonas de influencia. Si EE.UU. se retirara de Europa, perderían el control sobre el ala occidental de Eurasia. Europa podría comenzar a negociar con China o, lo que es peor, con Rusia. Eso sería una pesadilla para los Estados.

Así que Trump asusta, negocia, presiona, pero no se va. Porque sabe que una retirada total de Europa socavaría la misma idea del poder estadounidense.

Guerras por poder y sanciones: la estrategia del siglo XXI

¿Y qué pasa con la guerra? ¿Por qué EE.UU. prefiere apoyar a Ucrania con armas y sanciones en lugar de enviar sus propias tropas? Sencillo: América ha aprendido que las guerras directas cuestan. Vida, dinero, reputación.

Por eso prefieren actuar a través de las llamadas guerras por poder, apoyando a aliados que luchan en su interés. Es más efectivo y menos arriesgado. Lo mismo ocurre con las sanciones: estrangulan la economía del oponente sin disparar un tiro.

Resumen: Estrategia de potencia, no capricho de un político

Entonces, ¿cómo resumir esto? Trump no desmantela la OTAN. La reforma. No abandona Europa. La coloca en un segundo plano, pero la mantiene bajo control. No ama a Rusia. Juega con ella. Y todo esto para concentrarse en el verdadero enfrentamiento: con China.

Y lo que parece caos es en realidad la estrategia de un imperio que sabe que debe luchar con inteligencia, no con fuerza.

Y lo más importante: no entremos en pánico. El artículo 5 de la OTAN no va a ninguna parte. América no desaparece. Porque los imperios pueden cambiar sus prioridades, pero nunca pierden de vista su poder.

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