Tu vida está llena de momentos excepcionales - es hora de notarlos
A veces la cotidianidad abruma. Corremos tras el siguiente objetivo, el siguiente éxito, olvidando mirar nuestra vida desde la distancia. Imagina, sin embargo, que das un paso atrás y te observas desde la perspectiva. ¿Ves lo que yo veo? Un ser humano que tiene años de experiencias a sus espaldas, que ha pasado por dificultades y alegrías, para encontrarse justo aquí, en este momento. Un ser humano que – quizás – es más feliz de lo que cree.
Tu vida, al igual que la de cada uno de nosotros, tiene sus defectos y virtudes. Sin embargo, la clave está en la habilidad de reconocerlos. A veces solo miramos lo que nos falta – más dinero, tiempo, salud o posibilidades. Pero, ¿cuántas veces te preguntas sobre lo que ya tienes? Un cuerpo sano que te permite levantarte por la mañana. Personas cercanas que están a tu lado. Un techo sobre tu cabeza, la posibilidad de educación, trabajo, e incluso un momento para descansar.
Toma una hoja de papel y un bolígrafo. Escribe dos columnas – en una anota lo que te molesta en tu vida, y en la otra lo que juega a tu favor. ¿Notarás que la lista de lo positivo a menudo supera? Y aunque no lo haga – ese es precisamente el momento en el que puedes comenzar a trabajar conscientemente en ello.
Recuerda que todo lo que tienes hoy es el resultado de tus acciones del pasado. Si cada día das al menos un pequeño paso hacia un mañana mejor – mayor armonía, alegría, salud o cercanía con las personas – en unos años mirarás tu vida y verás un gran progreso. No sucederá de repente. La felicidad no es una lotería, es el resultado del trabajo, la gratitud y las elecciones que tomamos cada día.
La vida es hermosa, pero su belleza requiere una percepción consciente. Cada día encuentra un momento para recordarte cuán bueno te rodea. Mira tu vida a través de los ojos de alguien que recién entra en ella, que sueña con lo que tú ya tienes. Observa las pequeñas cosas: la sonrisa de un niño, tu café favorito por la mañana, un buen libro o la tranquilidad de la noche.
Tu mundo está lleno de belleza, si solo decides verla. Y recuerda – en cada momento puedes comenzar a cambiar lo que no funciona, para que dentro de unos años te agradezcas por esta decisión. La felicidad es un viaje, no un destino. Así que busca por ella cada día.
A veces la cotidianidad abruma. Corremos tras el siguiente objetivo, el siguiente éxito, olvidando mirar nuestra vida desde la distancia. Imagina, sin embargo, que das un paso atrás y te observas desde la perspectiva. ¿Ves lo que yo veo? Un ser humano que tiene años de experiencias a sus espaldas, que ha pasado por dificultades y alegrías, para encontrarse justo aquí, en este momento. Un ser humano que – quizás – es más feliz de lo que cree.
Tu vida, al igual que la de cada uno de nosotros, tiene sus defectos y virtudes. Sin embargo, la clave está en la habilidad de reconocerlos. A veces solo miramos lo que nos falta – más dinero, tiempo, salud o posibilidades. Pero, ¿cuántas veces te preguntas sobre lo que ya tienes? Un cuerpo sano que te permite levantarte por la mañana. Personas cercanas que están a tu lado. Un techo sobre tu cabeza, la posibilidad de educación, trabajo, e incluso un momento para descansar.
Toma una hoja de papel y un bolígrafo. Escribe dos columnas – en una anota lo que te molesta en tu vida, y en la otra lo que juega a tu favor. ¿Notarás que la lista de lo positivo a menudo supera? Y aunque no lo haga – ese es precisamente el momento en el que puedes comenzar a trabajar conscientemente en ello.
Recuerda que todo lo que tienes hoy es el resultado de tus acciones del pasado. Si cada día das al menos un pequeño paso hacia un mañana mejor – mayor armonía, alegría, salud o cercanía con las personas – en unos años mirarás tu vida y verás un gran progreso. No sucederá de repente. La felicidad no es una lotería, es el resultado del trabajo, la gratitud y las elecciones que tomamos cada día.
La vida es hermosa, pero su belleza requiere una percepción consciente. Cada día encuentra un momento para recordarte cuán bueno te rodea. Mira tu vida a través de los ojos de alguien que recién entra en ella, que sueña con lo que tú ya tienes. Observa las pequeñas cosas: la sonrisa de un niño, tu café favorito por la mañana, un buen libro o la tranquilidad de la noche.
Tu mundo está lleno de belleza, si solo decides verla. Y recuerda – en cada momento puedes comenzar a cambiar lo que no funciona, para que dentro de unos años te agradezcas por esta decisión. La felicidad es un viaje, no un destino. Así que busca por ella cada día.
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