No es el destino lo que importa, sino el camino hacia él.

¿Y cómo te lo estás preguntando? ¿Hay alguna “pastilla” que pueda cambiar tu destino? ¿Puedes despertarte como una nueva persona? Como todo en esta vida, no es tan claro. No es un matrix. Y aunque fuera un matrix, debes saber que Neo trabajó durante años fuera de horario para convertirse en Neo. La pastilla no le fue presentada así, por casualidad. Cada día, durante años, se esforzó por convertirse en el único. Tuvo la oportunidad de elegir la pastilla roja o la azul, porque se esforzó por ese momento a través de actividades diarias que lo llevaron en esa dirección. 

Aun tú, si estás en una encrucijada en la situación actual, debes elegir qué camino tomar. No puedes esperar ningún cambio si no te mueves del lugar. Por supuesto, será un camino negativo si, sin pensar, decides avanzar sin mirar hacia adelante. Pero también puede ser un camino que gradualmente aumente la calidad de vida y aclare más los planes futuros. Porque con un desarrollo personal regular, puedes notar cambios en las decisiones que tomas. De repente, te das cuenta de que el camino que antes recorrías con incertidumbre comienza a aclararse. A medida que adquieres nuevas experiencias, ves hacia dónde debes ir. Eso es lo maravilloso del desarrollo personal, que funciona gradualmente y a lo largo del camino tomas decisiones cada vez mejores en tus próximos pasos. Son más seguros. 

En mi opinión, no existe algo como un cambio total de la noche a la mañana. Pero sí pequeños cambios diarios que, con el tiempo, dan resultados increíbles. Volviendo a Neo de Matrix, él mismo se perdió antes de encontrar la verdad. Pero a pesar de perderse, siguió adelante corrigiendo su ruta. 

Tú también puedes hacerlo. Incluso si no sabes exactamente qué quieres hacer, trabaja en ti mismo todos los días. Porque a medida que aumentas tu conocimiento, experiencia y pericia en cualquier tema, en el futuro tomarás mejores decisiones que influirán positivamente en tu día a día. 

Así es porque yo mismo lo he experimentado. Sabía que tenía un camino oscuro por delante, pero primero me equipé con una “linterna” y cuidadosamente di cada paso. Me perdí, y luego volví a encontrar el camino. Pasaron los meses, y yo seguía en el camino del desarrollo personal. De repente, me di cuenta de que tenía acceso a nuevas herramientas que iluminaban aún mejor mi camino. Después de un año, vi que en la ruta ya no necesitaba iluminar el camino, porque él mismo se iluminaba. Comenzaba a ver hacia dónde ir y qué ramificaciones evitar. 

Actualmente estoy en un camino que ya está iluminado. El objetivo aún está lejos, pero empiezo a disfrutar del proceso de recorrerlo. Porque lo que realmente importa es el camino. Su objetivo es solo un punto en el mapa, ¡para luego marcar uno nuevo!