¿Qué hacer para cambiar tu actitud hacia la vida y vivir de una manera más satisfactoria?

Trabajando con mis clientes, a menudo me encuentro con la dificultad de cambiar su actitud hacia la vida. El enfoque dominante que determina cada uno de sus días no solo afecta a ellos mismos, sino también a su entorno y al desarrollo real de las situaciones de las que son participantes u observadores. Las divisiones y criterios de diferentes esquemas de vida son variados, aunque para simplificar usaré la distinción entre destructivos y desarrolladores. Los esquemas destructivos son aquellos que limitan significativamente o incluso hacen imposible una vida satisfactoria en áreas privadas y/o profesionales, por ejemplo: "nada me sale bien", "si algo está bien, seguramente luego saldrá mal", "mis padres eran así, así que yo también soy así". La forma de ver el mundo de manera desarrolladora implica reconocer las posibilidades, independientemente del contexto que les rodea, y tener conocimiento propio y un sentido de eficacia y autonomía, por ejemplo: "soy eficaz tomando decisiones", "lo que sucedió en el pasado no determina mi presente ni mi futuro", "estoy enfocado en el proceso de acción, porque gracias a él obtendré el resultado que deseo". A continuación, algunas recomendaciones sobre qué se puede hacer de manera diferente para adquirir o mejorar un esquema de desarrollo: - Es importante centrarse en el hoy, no en el ayer: recomiendo un experimento que consiste en mirar hacia atrás y hacia adelante al mismo tiempo. - Es crucial diferenciar entre los esquemas de otras personas y los propios mediante preguntas como: ¿este es mi esquema? ¿Quiero identificarme con él y usarlo? ¿Qué utilidad puede tener para mí este enfoque? - Es relevante reconocer la repetición de esquemas en diferentes áreas de la vida. - Vale la pena preguntarse qué nos impide actuar de manera diferente: a menudo prevalecen los hábitos, la resistencia al cambio o la falta de un método para lograrlo. En resumen, lo más importante es identificar en qué esquema nos encontramos: "¿la botella medio llena o medio vacía?" y ¿queremos cambiarlo? Si la respuesta es afirmativa, es necesario prepararse para un trabajo sistemático que traerá consigo un cambio en la actitud y, por tanto, en la vida.