2 de mayo Día Mundial de la Contraseña - ¿qué sabemos sobre una contraseña segura?
Día Mundial de la Contraseña es una ocasión ideal para recordar la importancia de crear contraseñas fuertes y seguras. Aquí tienes algunas reglas clave que te ayudarán a crear una contraseña que incluso el hacker más persistente tendrá dificultades para romper:
Longitud y complejidad: Para que una contraseña sea realmente difícil de romper, se recomienda usar al menos 16 caracteres. Cuantos más, mejor. Incluye en tu contraseña tanto letras mayúsculas (A-Z), minúsculas (a-z), números (0-9), como caracteres especiales como @, #, $, %, &, *, (, ), _, +.
Sin conexiones con información personal: Evita usar contraseñas que sean fáciles de adivinar basándose en tus datos personales, como nombres, fechas de nacimiento, apellidos o direcciones. Los hackers a menudo investigan a sus objetivos, por lo que cuanto menos obvia sea la contraseña, mejor.
Sin palabras completas: Usar palabras completas, incluso las menos obvias, puede ser arriesgado debido a los ataques de diccionario, donde los hackers intentan sistemáticamente romper una contraseña utilizando palabras completas de diccionarios. Para evitar esto, puedes mezclar letras con números y caracteres especiales dentro de las palabras o usar acrónimos, abreviaturas o combinaciones de caracteres aleatorios.
Usar frases de contraseña (passphrases): Una forma muy buena de crear una contraseña fuerte y memorable es utilizar una frase de contraseña, es decir, una larga secuencia de palabras que forman una oración. Por ejemplo, "¡Mi gato en el año 2023 come 2 plátanos!" es una contraseña fuerte que combina diferentes tipos de caracteres y es larga, pero al mismo tiempo fácil de recordar.
Cambiar las contraseñas con frecuencia: Cambiar regularmente las contraseñas, al menos una vez cada pocos meses, puede ayudar a protegerse de posibles amenazas derivadas de violaciones de datos. Sin embargo, debido a dificultades prácticas, cada vez más expertos recomiendan usar contraseñas muy fuertes y cambiarlas solo si se detecta una brecha de seguridad.
Usar medidas de seguridad adicionales: Además de una contraseña fuerte, considera usar otras formas de autenticación, como la autenticación de dos factores (2FA), que requiere proporcionar un código adicional generado por una aplicación o enviado por SMS después de ingresar la contraseña.
Seguir estas reglas no solo aumenta significativamente la seguridad de tus cuentas en línea, sino que también minimiza el riesgo de que tus datos personales se vean comprometidos.
Historia de la primera contraseña: El primer uso de contraseñas de manera similar al actual tuvo lugar en la antigua Roma. Las contraseñas eran utilizadas por los guardias para verificar la identidad de las personas que intentaban ingresar a los campamentos militares por la noche. El guardia pedía la contraseña, y la persona debía responder correctamente para obtener acceso.
A pesar de este uso histórico, la verdadera era digital de las contraseñas comenzó en la década de 1960, cuando Fernando Corbató introdujo el uso de contraseñas en el sistema CTSS (Compatible Time-Sharing System) en el MIT. Fue necesario para garantizar la privacidad y seguridad de la información almacenada en computadoras compartidas. Esta solución rápidamente se convirtió en el estándar en los sistemas informáticos de seguridad.
Teniendo en cuenta estas reglas y sus raíces históricas, podemos proteger mejor nuestra identidad digital e información.
Día Mundial de la Contraseña es una ocasión ideal para recordar la importancia de crear contraseñas fuertes y seguras. Aquí tienes algunas reglas clave que te ayudarán a crear una contraseña que incluso el hacker más persistente tendrá dificultades para romper:
Longitud y complejidad: Para que una contraseña sea realmente difícil de romper, se recomienda usar al menos 16 caracteres. Cuantos más, mejor. Incluye en tu contraseña tanto letras mayúsculas (A-Z), minúsculas (a-z), números (0-9), como caracteres especiales como @, #, $, %, &, *, (, ), _, +.
Sin conexiones con información personal: Evita usar contraseñas que sean fáciles de adivinar basándose en tus datos personales, como nombres, fechas de nacimiento, apellidos o direcciones. Los hackers a menudo investigan a sus objetivos, por lo que cuanto menos obvia sea la contraseña, mejor.
Sin palabras completas: Usar palabras completas, incluso las menos obvias, puede ser arriesgado debido a los ataques de diccionario, donde los hackers intentan sistemáticamente romper una contraseña utilizando palabras completas de diccionarios. Para evitar esto, puedes mezclar letras con números y caracteres especiales dentro de las palabras o usar acrónimos, abreviaturas o combinaciones de caracteres aleatorios.
Usar frases de contraseña (passphrases): Una forma muy buena de crear una contraseña fuerte y memorable es utilizar una frase de contraseña, es decir, una larga secuencia de palabras que forman una oración. Por ejemplo, "¡Mi gato en el año 2023 come 2 plátanos!" es una contraseña fuerte que combina diferentes tipos de caracteres y es larga, pero al mismo tiempo fácil de recordar.
Cambiar las contraseñas con frecuencia: Cambiar regularmente las contraseñas, al menos una vez cada pocos meses, puede ayudar a protegerse de posibles amenazas derivadas de violaciones de datos. Sin embargo, debido a dificultades prácticas, cada vez más expertos recomiendan usar contraseñas muy fuertes y cambiarlas solo si se detecta una brecha de seguridad.
Usar medidas de seguridad adicionales: Además de una contraseña fuerte, considera usar otras formas de autenticación, como la autenticación de dos factores (2FA), que requiere proporcionar un código adicional generado por una aplicación o enviado por SMS después de ingresar la contraseña.
Seguir estas reglas no solo aumenta significativamente la seguridad de tus cuentas en línea, sino que también minimiza el riesgo de que tus datos personales se vean comprometidos.
Historia de la primera contraseña: El primer uso de contraseñas de manera similar al actual tuvo lugar en la antigua Roma. Las contraseñas eran utilizadas por los guardias para verificar la identidad de las personas que intentaban ingresar a los campamentos militares por la noche. El guardia pedía la contraseña, y la persona debía responder correctamente para obtener acceso.
A pesar de este uso histórico, la verdadera era digital de las contraseñas comenzó en la década de 1960, cuando Fernando Corbató introdujo el uso de contraseñas en el sistema CTSS (Compatible Time-Sharing System) en el MIT. Fue necesario para garantizar la privacidad y seguridad de la información almacenada en computadoras compartidas. Esta solución rápidamente se convirtió en el estándar en los sistemas informáticos de seguridad.
Teniendo en cuenta estas reglas y sus raíces históricas, podemos proteger mejor nuestra identidad digital e información.
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